ESCUCHAR PARA COMPRENDER NO PARA RESPONDER
Las personas disponemos de dos oídos y una boca, se dice que, esto es para escuchar el doble y hablar la mitad.
Si queremos comunicarnos de manera efectiva y tener relaciones empáticas, tendremos que conocer que es la escucha activa. Saber escuchar es un don que todos poseemos, pero que no siempre utilizamos.
Está claro que no es lo mismo oír que escuchar, verdad.
Todos queremos tener relaciones saludables, nos gusta llevarnos bien con nuestros familiares, amigos o compañeros de trabajo. Nos gusta que nos escuchen y lo que es mejor, cuando hablamos queremos que nos comprendan.
Sin embargo, no siempre es posible conseguirlo. El problema principal en nuestras relaciones suele ser que no sabemos escuchar al otro para entenderlo, lo escuchamos para contestarle.
No tenemos la paciencia suficiente para esperar a que terminen de hablar. A veces nos aburre la conversación, otras, no nos interesa lo que nos están diciendo, y en otras ocasiones nos sentimos atacados.
Mientras estamos en alguna de estas situaciones, no estamos escuchando con atención, estamos pensando en cómo defendernos o en que contestar lo antes posible.
Estoy segura de que en alguna ocasión conversando o discutiendo con alguien, antes de que termines de hablar, te han interrumpido para dar su opinión. ¿Cómo te sienta esta actitud? Mal verdad.
Esta actitud hace que nos perdamos parte del mensaje y lo que es peor, hace que nos sintamos incomprendidos como si lo que estamos diciendo no tuviera valor.
Somos seres sociales, queramos o no, estamos relacionándonos constantemente con alguien. El éxito en las relaciones sea del tipo que sea, radicara en el mutuo respeto y en la forma en la que nos comuniquemos con nuestros semejantes.
Por ello, nos interesa saber comunicarnos de manera correcta para que nuestras relaciones sean efectivas.
El pack de la buena comunicación sería el siguiente: No solo tenemos que cuidar lo que decimos, también el cómo lo decimos y la manera en la que escuchamos al que tenemos en frente.
La escucha activa es el arte de saber escuchar a los demás. No solo implica oír lo que se dice, además de esto es importante que se preste atención a los gestos, los movimientos, la expresión de la cara, todo esto en conjunto nos ayudará a interpretar lo que se nos dice y también, lo que no se nos dice.
Lo que no se dice, también es importante. Hay un viejo refrán que dice así «Dice más un silencio que mil palabras»
La escucha activa, o lo que es lo mismo, escuchar para comprender, forman parte importante de las relaciones empáticas. Este tipo de escucha te ayudará a desarrollar relaciones sólidas, a comprender a las personas con las que te relacionas cada día de manera más profunda y saludable.
La escucha activa te ayuda a tener conversaciones más significativas y profundas. Cuando prestas total atención a lo que dice la otra persona, sin planificar lo que vas a contestar ni interrumpir, desarrollas habilidades de comunicación más sinceras y efectivas.
Cuando la persona a la que escuchas se siente escuchada, disminuye su estrés o agobio y está más dispuesta y abierta a mantener una conversación honesta.
Sentirse escuchado es saber que tu opinión es tan válida como la de los demás, que tu voz sea escuchada con sinceridad es uno de los mejores regalos que pueden hacernos cuando necesitamos ser escuchados.
En definitiva, La escucha activa es una de las mejores formas de desarrollar relaciones interpersonales y con ello establecer conexiones de respeto, amabilidad y empatía sincera.
¿Qué puedes perder al utilizar el don de la escucha activa? Nada
¿Qué puedes ganar? Más de lo que te imaginas.
Con la escucha activa conseguirás mejorar la comunicación contigo mismo y con los demás. Resolverás posibles conflictos, malentendidos y conectarás con la persona que tengas en frente de manera más profunda.
Recuerda que por algo tenemos dos orejas y una boca. Para escuchar el doble y hablar la mitad.
Espero que te inspire esta reflexión, si te ha gustado compártela con aquellos que la necesiten. Compartir es vivir.
Te deseo un estupendo día.