¿DÓNDE PUEDES ENCONTRAR LA SOLUCIÓN A TUS PROBLEMAS?
Habitualmente acuden a mí clientes buscando soluciones a sus problemas o situaciones que perturban su vida. También acuden sin tener un problema concreto, vienen a sesiones para que les ayude a cumplir sus objetivos o sueños pendientes.
Es apasionante acompañarlos en el proceso. Es curioso que, en la mayoría de los casos creen que yo les voy a dar la solución, y esto no es lo que pasa en las sesiones. Nunca les doy la solución por un simple motivo, porque la solución o estrategia para conseguir sus sueños siempre ha estado ahí, con ellos, en su interior.
Todos y cada uno de nosotros sabemos qué nos conviene, nuestra voz interior nos lo recuerda constantemente. Además, todos poseemos las habilidades necesarias para conseguir lo que tanto deseamos para ser más felices. La felicidad es abstracta, cada ser humano define de manera muy distinta qué significa para él, ser feliz.
También cada uno de nosotros elegimos el modo de conseguir llegar a ese punto de plena felicidad. ¡O no! A veces no somos felices y no hacemos nada para serlo. En ocasiones, nuestra decisión no es la adecuada y es en ese mismo instante en el que nos damos cuenta de que nos hemos equivocado, que por ese camino no llegaremos nunca a ese estado de satisfacción deseado. Aun así, a veces no somos capaces de retroceder, y perdemos de vista nuestra meta, lamentándonos por habernos equivocado.
Lo grandioso de todo esto es que, si te equivocas, ¡no pasa nada! ¿A qué esperas para rectificar? ¡Puedes hacerlo cuando tú lo decidas! Eso sí, tienes que decidirlo tú y solamente tú.
Estoy segura de que en alguna ocasión has pedido consejo a una amigo/a o familiar sobre algún problema o decisión pendiente de resolver. Es posible que necesites tomar decisiones con respecto a qué carrera estudiar, o precisas un cambio de trabajo, has llegado a un punto en el que a nivel profesional tu actual trabajo no te recompensa. ¿Quizá es tu pareja?, ¿Estás en un punto en el que ya no te llena como años atrás? ¿Quieres montar tu propia empresa? ¿Escribir un libro? ¿Tener o no hijos? Estas y muchísimas otras situaciones son las que, sin parecer importantes, nos invalidan para llegar a obtener el estado y satisfacción que merecemos.
De repente, se te ocurre contarle tu angustia a una amiga o a un familiar, y es en este instante en el que ellos, por protegerte y ahorrarte un posible sufrimiento, te recomiendan que sigas con tu vida tal y como está. ¿Para qué cambiar? Ahora ya tienes un buen trabajo, o la pareja perfecta. Te dirán: «Estás loco/a. Ni lo sueñes, eso son tonterías, ya te pasará el capricho».
Tú sabes que no son tonterías y mucho menos un capricho. Tu voz interior sabe que es lo que más ansías en tu vida, necesitas un giro de 180 grados y no sabes cómo conseguirlo.
Además, tus seres más queridos no apoyan tus ideas. No les culpes, solo quieren protegerte. Tal vez son sus propios miedos los que afloran cuando tú les cuentas tus ideas. Todo cambio en nuestras vidas implica salir de nuestra zona de confort. En ella, sabemos lo que va a pasar cada día, y aunque no nos guste la situación, solo por el mero hecho de saber lo que va a suceder en cada momento, nos sentimos protegidos.
Cuando alguien solicita mi ayuda, mi misión es llegar hasta la solución a través de lo que en coaching llamamos «preguntas poderosas». Lo mágico de la metodología del coaching es que, los coach conocemos cómo funciona y cómo podemos ayudar a nuestros clientes a llegar a ese punto de inflexión en el que no hay vuelta atrás. Solo hay una forma de llegar a ese punto en el que el cliente toma conciencia y que él, solo él, tiene el poder de solucionar o modificar su actitud y acciones para ver los resultados esperados. Mi forma de trabajar es muy sencilla. Solo tengo que hacer las preguntas correctas para que surja la respuesta o solución adecuada y que ellos mismos desplieguen el potencial que llevan dentro para conseguir las metas deseadas. Todos y cada uno de nosotros en nuestro interior, llevamos un kit o «caja de herramientas» a nuestra medida.
En este “kit” están todas las herramientas necesarias para encontrar el mejor camino hacia los cambios que cada persona persigue para encontrar el objetivo deseado. Pregunta tras pregunta, llegamos a ese momento, el momento de tomar conciencia de la situación. Es en este mismo instante cuando ellos toman conciencia de verdad. En ese mismo instante tocan la «crisis o problema y posibles soluciones» con sus propias manos. Y en ese mismo instante comienzan a dar rienda suelta al plan.
A partir de ese momento, deciden el cómo, cuándo y con quién. Entonces, ya empiezan a diseñar el plan que mejor se adapta a su situación para conseguir sus sueños. No hay soluciones a medida, lo siento. Me gustaría decirte que hay un manual de soluciones que nos vale para todos por igual. ¡Esto sería una grandísima barbaridad! Repito, no hay soluciones a medida. Cada uno tiene que encontrar dentro de sí mismo su propio camino, y está en su derecho equivocarse.
Lo bueno de los errores es que nos dan lecciones valiosísimas; con ellos aprendemos, ya que nos enseñan a modificar la ruta hacia nuestra felicidad. Equivocarse está bien, cometer errores es necesario para crecer en el plano personal. Aprendamos a aprender de los errores, demos las gracias a nuestros fallos, estos nos hacen madurar y crecer más como seres humanos.
Como dijo Albert Einstein: «El problema de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y las soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia».
¿Habías pensado alguna vez que de tus propios errores puedes crecer más personalmente? ¿Has pensado alguna vez que tus errores te fortalecen? Tal vez tú sí lo sabías y, además, en este preciso momento, estás pensando: ¿quién no sabe esto? Es lógico, ¿hay alguien que no lo sepa? Déjame contarte que una gran mayoría de los humanos se tortura pensando en sus errores, sus faltas, no se perdonan el haber fallado en alguna situación de su vida, y esta actitud les reconcome día tras día, sintiéndose esclavos de ese pasado con experiencias que les gustaría borrar y cargando con mochilas que les pesan tanto que no pueden vivir su propia vida con ligereza.
Nuestro pasado nos pertenece, pero ya no podemos hacer nada para cambiarlo. Nuestro presente es nuestro mejor momento, solo en el presente podemos actuar de manera consciente para que nuestro futuro se manifieste como realmente merecemos. Hemos venido a este mundo a cumplir una misión, si estamos constantemente reviviendo nuestro pasado, estaremos viviendo en nuestro pasado y jamás se manifestará el futuro que queremos. Aprendamos de nuestro pasado para que en un presente sintamos que estamos en el lugar y momento perfecto para cumplir nuestro propósito de vida.
Y ahora… ¿Sabes dónde puedes encontrar las soluciones?
El lugar donde se encuentran las soluciones está en el momento presente y en tu interior.
En ningún lugar más.